Se han identificado varios factores de riesgo que pueden hacer que el proceso de recuperación sea más difícil de lo que sería sin la presencia de estos.
El que un hecho en particular genere o no un duelo complicado depende tanto de los recursos internos (por ejemplo, estrategias de afrontamiento, resiliencia) como de los externos (entorno apropiado y facilitador), y muy especialmente del balance dinámico que se establezca entre ambos tipos de recursos.
R´ = Ri + Re
La recuperación (R) es igual a la suma de los recursos internos (Ri) más los recursos externos (Re).
Algunos de estos factores son:
Propias de la persona:
Edad extrema (niños y ancianos)
Relación altamente ambivalente o dependiente con el difunto
Aflicción aguda inusitadamente intensa
Enfermedad física o psiquiátrica previa o actual
Negación intelectual/emocional de la pérdida
Síntomas depresivos de diverso grado de intensidad desde el inicio del duelo
Personalidad pre-mórbida
Relacionadas con la pérdida:
Duelo no resuelto de pérdida previa
Pérdidas múltiples o acumuladas
Igual edad del difunto a la de otra persona significativa muerta en el pasado
Muerte repentina e imprevista, incluyendo suicidio
Una incierta o no-visualización de la pérdida
Pérdida social inaceptable o que es socialmente negada
No propias de la pérdida:
Crisis concurrentes
Pobres o ausentes sistemas de apoyo emocional y social
Aquellos que pueden estar disuadidos de expresar su congoja (dolor) o no tienen oportunidad de cómo hacerlo
Enfermedad terminal de larga evolución

Tarea 9
1. Revisa los factores de riesgo complicado.
2.Identifica cuáles se presentan en ti, en tu casa. Regístralo en tu bitácora de duelo.
3.¿Qué estrategias podrías poner en marcha para poder paliar un poco estos factores de riesgo? Regístralo en tu bitácora de duelo.
4.Pon en marcha tu estrategia y lleva un registro de los resultados. Si estos no son lo que esperabas cambia de estrategia.
Me interesa
En mi caso, si me fue complicado poder llorar con mi familia.Siempre lo hice en privado, en mi meditación con mi hijo, con Dios y La Virgen. Mis hijos no querían verme llorar, decían que estaban artos de vivir en una casa donde había tanta tristeza, querían irse a vivir a otro lado. No querían tomar terapias. Con tal de que no se fueran, trate de no quejarme, de no llorar. Ellos sentían que ellos estaban haciendo el mayor esfuerzo y eran a los que más les dolia, en fin, no entendían mi dolor al tener ellos tan grande dolor. Mi marido de refugio en el trabajo y a la fecha, es lo que hace todo el tiempo para no pensar. Aunque conmigo si ha llorado e hizo el taller de perdidas conmigo. Pero trata de pensar que nuestro hijo está con Dios y muy cerca de nosotros. Va mucho mejor. Mis hijos, poco a poco lo han podido vivir su duelo e ir sanando.
En el caso de mi hijo tenía 33 años y si creo que la edad tiene mucho que ver. Son muchos sueños perdidos. Mi vida y la de mi marido giraba alrededor de este hijo. Había un apego total de los dos hacia el, como con ningún hijo. Creo que mi estrategia o camino de duelo, me ha funcionado