Buenas tardes a todos.
Estamos hoy aquí para celebrar la vida, la de todos nosotros y la de todos aquellos que partieron antes, que trascendieron y que hoy se encuentran en el lugar más privilegiado de todos que es nuestra mente y nuestro corazón y que, gracias a ellos, sabemos el valor de decir SI a la vida.
Para muchos de nosotros ha sido un camino difícil. En un inicio desearíamos no estar aquí, sino con nuestros hijos que se han ido, pero sabemos que eso no es posible.
Dios, el destino, el universo o como queramos llamarle, puso en marcha esta maquinaria llamada vida y simplemente lo que sucede es parte de eso, de vivir. Ante lo que no podemos cambiar, sólo nos queda escoger la actitud con la que nos enfrentamos a eso. Y para eso está FUNDACIÓN ACOMPAÑA. Aquí aprendemos que una pena compartida es menos pesada, que podemos salir adelante y aprender a vivir de nuevo, a encontrar un nuevo sentido a la vida a partir de nuestra pérdida, a no sentirnos solos.
En este difícil camino nos damos cuenta de que somos como las velas. Nuestro cuerpo es la cera que al prenderse se derrite y poco a poco se consume, pero el pabilo es el alma y es lo que permanece encendido y llena de luz cualquier espacio.
Guardemos para siempre esa luz que dejaron nuestros seres queridos en cada uno de nosotros y seamos luz para todo aquel que lo necesite.
Que estas fiestas sean un resguardo de amor para ti y los tuyos.
Un abrazo al corazón.